El monumento
a Cristo Rey
El Cerro del Cubilete es reconocido oficialmente por la Comisión Geodésica de Guanajuato y por la Comisión de Geografía y Estadística Mexicana como el Centro geográfico de México.
Allí se encuentra el Monumento nacional de Cristo Rey, a una altura de dos mil seiscientos metros sobre el nivel del mar. El lugar corresponde al municipio de Silao, aunque está dentro de la jurisdicción de la Diócesis de León.
Lourdes González y Rodolfo Herrera escriben en "León, cinco siglos contra viento y marea": "El obispo Emeterio Valverde y Téllez, al hacer la visita pastoral a la parroquia de Silao en noviembre de 1919, manifestó su deseo de celebrar una misa en la cumbre del cerro del Cubilete (…) Para perpetuar el acto se pensó en dejar una lápida, luego una imagen del Sagrado Corazón y finalmente, un monumento.
Para recabar fondos, el padre Ferrer, los miembros de la Asociación Católica de la Juventud Mexicana y varios sacerdotes, se dieron a la tarea de pedir donativos. El 12 de marzo de 1920 fue colocada la primera piedra.
El monumento se hizo de cal y canto con cuatro altares en la base, que veían respectivamente a los cuatro puntos cardinales; sobre esta base descansaba una pirámide octogonal truncada; sobre ella, un hemisferio sobre el que estaba la imagen de Jesucristo, de tres metros. Todo el conjunto medía nueve metros de altura".
Para recabar fondos, el padre Ferrer, los miembros de la Asociación Católica de la Juventud Mexicana y varios sacerdotes, se dieron a la tarea de pedir donativos. El 12 de marzo de 1920 fue colocada la primera piedra.
El monumento se hizo de cal y canto con cuatro altares en la base, que veían respectivamente a los cuatro puntos cardinales; sobre esta base descansaba una pirámide octogonal truncada; sobre ella, un hemisferio sobre el que estaba la imagen de Jesucristo, de tres metros. Todo el conjunto medía nueve metros de altura".
Veinte mil personas participaron en la vigilia que se llevó a cabo en la cumbre del cerro la noche del 10 de abril de 1920. A la mañana siguiente, el obispo Valverde y Téllez bendijo la montaña.
El acto fue noticia en todo México y el mundo católico; así, los recortes de los periódicos y revistas le fueron llevados al papa Benedicto XV por el obispo. Sorprendido, el papa concedió por siete años, indulgencias a todo aquel que visitara el monumento.
Allí se encuentra el Monumento nacional de Cristo Rey, a una altura de dos mil seiscientos metros sobre el nivel del mar. El lugar corresponde al municipio de Silao, aunque está dentro de la jurisdicción de la Diócesis de León.
Lourdes González y Rodolfo Herrera escriben en "León, cinco siglos contra viento y marea": "El obispo Emeterio Valverde y Téllez, al hacer la visita pastoral a la parroquia de Silao en noviembre de 1919, manifestó su deseo de celebrar una misa en la cumbre del cerro del Cubilete (…) Para perpetuar el acto se pensó en dejar una lápida, luego una imagen del Sagrado Corazón y finalmente, un monumento.
Para recabar fondos, el padre Ferrer, los miembros de la Asociación Católica de la Juventud Mexicana y varios sacerdotes, se dieron a la tarea de pedir donativos. El 12 de marzo de 1920 fue colocada la primera piedra.
El monumento se hizo de cal y canto con cuatro altares en la base, que veían respectivamente a los cuatro puntos cardinales; sobre esta base descansaba una pirámide octogonal truncada; sobre ella, un hemisferio sobre el que estaba la imagen de Jesucristo, de tres metros. Todo el conjunto medía nueve metros de altura".
Para recabar fondos, el padre Ferrer, los miembros de la Asociación Católica de la Juventud Mexicana y varios sacerdotes, se dieron a la tarea de pedir donativos. El 12 de marzo de 1920 fue colocada la primera piedra.
El monumento se hizo de cal y canto con cuatro altares en la base, que veían respectivamente a los cuatro puntos cardinales; sobre esta base descansaba una pirámide octogonal truncada; sobre ella, un hemisferio sobre el que estaba la imagen de Jesucristo, de tres metros. Todo el conjunto medía nueve metros de altura".
Veinte mil personas participaron en la vigilia que se llevó a cabo en la cumbre del cerro la noche del 10 de abril de 1920. A la mañana siguiente, el obispo Valverde y Téllez bendijo la montaña.
El acto fue noticia en todo México y el mundo católico; así, los recortes de los periódicos y revistas le fueron llevados al papa Benedicto XV por el obispo. Sorprendido, el papa concedió por siete años, indulgencias a todo aquel que visitara el monumento.
El Cerro del Cubilete es reconocido oficialmente por la Comisión Geodésica de Guanajuato y por la Comisión de Geografía y Estadística Mexicana como el Centro geográfico de México.
Apenas terminado este tiempo, el viernes 20 de enero de 1928, el monumento fue dinamitado desde un avión que piloteaba el soldado Emilio Carranza; al mando del general Jaime Carrillo. La orden la dio el presidente de la república Plutarco Elías Calles durante el conflicto cristero.
Una vez que se "firmó" la paz entre gobierno e iglesia, se procedió a la construcción de un nuevo monumento, el cual fue sustituido por el actual, cuya construcción comenzó el 11 de diciembre de 1944.
"El autor del proyecto del monumento votivo nacional a Cristo Rey fue el arquitecto mexicano Nicolás Mariscal Piña. Fue diseñado en 1942 por encargo del Episcopado Mexicano y consistía en una cripta santuario en honor a la Virgen de Guadalupe, una basílica esfera, en la cima del monte, sobre la cual descansaría la estatua de Cristo Rey.
La imagen mide, de los pies a la cabeza, veinte metros y fue hecha con doscientas toneladas de bronce. Fue diseñada por Mariscal Piña y esculpida en yeso por el maestro mexicano Fidias Elizondo, en la Ciudad de México. Comenzó a fundirse la cabeza el 10 de diciembre de 1945 y se terminó el 17 de agosto de 1949, en la Fundición Artística, S.A. El resto de la estatua se fue fundiendo en partes" (Lourdes González y Rodolfo Herrera).
Antes de ser llevada al Cubilete, la cabeza del monumento realizó una gira por varias ciudades mexicanas. A León llegó el 4 de octubre de 1950 y fue expuesta en Catedral, donde recibió la visita de miles de católicos durante la semana que permaneció en nuestra ciudad. De León fue llevada Guanajuato y finalmente a su destino final.
Una vez que se "firmó" la paz entre gobierno e iglesia, se procedió a la construcción de un nuevo monumento, el cual fue sustituido por el actual, cuya construcción comenzó el 11 de diciembre de 1944.
"El autor del proyecto del monumento votivo nacional a Cristo Rey fue el arquitecto mexicano Nicolás Mariscal Piña. Fue diseñado en 1942 por encargo del Episcopado Mexicano y consistía en una cripta santuario en honor a la Virgen de Guadalupe, una basílica esfera, en la cima del monte, sobre la cual descansaría la estatua de Cristo Rey.
La imagen mide, de los pies a la cabeza, veinte metros y fue hecha con doscientas toneladas de bronce. Fue diseñada por Mariscal Piña y esculpida en yeso por el maestro mexicano Fidias Elizondo, en la Ciudad de México. Comenzó a fundirse la cabeza el 10 de diciembre de 1945 y se terminó el 17 de agosto de 1949, en la Fundición Artística, S.A. El resto de la estatua se fue fundiendo en partes" (Lourdes González y Rodolfo Herrera).
Antes de ser llevada al Cubilete, la cabeza del monumento realizó una gira por varias ciudades mexicanas. A León llegó el 4 de octubre de 1950 y fue expuesta en Catedral, donde recibió la visita de miles de católicos durante la semana que permaneció en nuestra ciudad. De León fue llevada Guanajuato y finalmente a su destino final.
El viernes 20 de enero de 1928, el antiguo monumento a Cristo Rey fue dinamitado desde un avión por órdenes del presidente Calles.
Benjamín Cordero escribió al respecto en el periódico a.m.: "El Cristo vaciado en bronce vio primero la calzada y a vuelta de rueda enfiló al centro, por Madero.
Se detuvo frente al Expiatorio, donde fue incensado.
Había un gentío, pero pudo llegar y rodeó la Plaza Principal.
Siguió por 5 de Mayo, dio vuelta por Morelos (calle desaparecida cuando se abrió paso el bulevar López Mateos) y tomó Hidalgo para entrar por la puerta central a la Catedral Basílica.
Pernoctó ahí hasta el día 9 y, otra vez por la puerta central, ya de salida rumbo a Silao recorrió el tramo que no conocía de Hidalgo, siempre entre un gentío.
Entro al Jardín de la Industria (hoy Plaza de los Fundadores).
Rozó Tercera Orden para tomar Josefa Ortiz de Domínguez y toparse de manos a boca con La Soledad, donde los comerciantes lo recibieron con lluvia de flores.
Los presos de la cárcel leonesa nunca estuvieron tan cerca de Dios, cuando el Cristo tomó Belisario Domínguez y pasó por la cárcel municipal; desde el pretil, los reos vieron muy clarito los rizos de la cabeza mayúscula.
Dio vuelta en 5 de Febrero y conoció las musas que todavía no se robaban de la Calzada, a la que entró por Hernández Álvarez."
Se detuvo frente al Expiatorio, donde fue incensado.
Había un gentío, pero pudo llegar y rodeó la Plaza Principal.
Siguió por 5 de Mayo, dio vuelta por Morelos (calle desaparecida cuando se abrió paso el bulevar López Mateos) y tomó Hidalgo para entrar por la puerta central a la Catedral Basílica.
Pernoctó ahí hasta el día 9 y, otra vez por la puerta central, ya de salida rumbo a Silao recorrió el tramo que no conocía de Hidalgo, siempre entre un gentío.
Entro al Jardín de la Industria (hoy Plaza de los Fundadores).
Rozó Tercera Orden para tomar Josefa Ortiz de Domínguez y toparse de manos a boca con La Soledad, donde los comerciantes lo recibieron con lluvia de flores.
Los presos de la cárcel leonesa nunca estuvieron tan cerca de Dios, cuando el Cristo tomó Belisario Domínguez y pasó por la cárcel municipal; desde el pretil, los reos vieron muy clarito los rizos de la cabeza mayúscula.
Dio vuelta en 5 de Febrero y conoció las musas que todavía no se robaban de la Calzada, a la que entró por Hernández Álvarez."
El obispo Emeterio Valverde y Téllez había fallecido el 26 de diciembre de 1948 y fue sustituido por Manuel Martín del Campo y Padilla. Fue a él quien correspondió hacer la bendición del monumento el 11 de diciembre de 1950.
Se detuvo frente al Expiatorio, donde fue incensado.
Había un gentío, pero pudo llegar y rodeó la Plaza Principal.
Siguió por 5 de Mayo, dio vuelta por Morelos (calle desaparecida cuando se abrió paso el bulevar López Mateos) y tomó Hidalgo para entrar por la puerta central a la Catedral Basílica.
Pernoctó ahí hasta el día 9 y, otra vez por la puerta central, ya de salida rumbo a Silao recorrió el tramo que no conocía de Hidalgo, siempre entre un gentío.
Entro al Jardín de la Industria (hoy Plaza de los Fundadores).
Rozó Tercera Orden para tomar Josefa Ortiz de Domínguez y toparse de manos a boca con La Soledad, donde los comerciantes lo recibieron con lluvia de flores.
Los presos de la cárcel leonesa nunca estuvieron tan cerca de Dios, cuando el Cristo tomó Belisario Domínguez y pasó por la cárcel municipal; desde el pretil, los reos vieron muy clarito los rizos de la cabeza mayúscula.
Dio vuelta en 5 de Febrero y conoció las musas que todavía no se robaban de la Calzada, a la que entró por Hernández Álvarez."
Se detuvo frente al Expiatorio, donde fue incensado.
Había un gentío, pero pudo llegar y rodeó la Plaza Principal.
Siguió por 5 de Mayo, dio vuelta por Morelos (calle desaparecida cuando se abrió paso el bulevar López Mateos) y tomó Hidalgo para entrar por la puerta central a la Catedral Basílica.
Pernoctó ahí hasta el día 9 y, otra vez por la puerta central, ya de salida rumbo a Silao recorrió el tramo que no conocía de Hidalgo, siempre entre un gentío.
Entro al Jardín de la Industria (hoy Plaza de los Fundadores).
Rozó Tercera Orden para tomar Josefa Ortiz de Domínguez y toparse de manos a boca con La Soledad, donde los comerciantes lo recibieron con lluvia de flores.
Los presos de la cárcel leonesa nunca estuvieron tan cerca de Dios, cuando el Cristo tomó Belisario Domínguez y pasó por la cárcel municipal; desde el pretil, los reos vieron muy clarito los rizos de la cabeza mayúscula.
Dio vuelta en 5 de Febrero y conoció las musas que todavía no se robaban de la Calzada, a la que entró por Hernández Álvarez."
El obispo Emeterio Valverde y Téllez había fallecido el 26 de diciembre de 1948 y fue sustituido por Manuel Martín del Campo y Padilla. Fue a él quien correspondió hacer la bendición del monumento el 11 de diciembre de 1950.
La cabeza del monumento llegó a León el 4 de octubre de 1950 y fue expuesta en Catedral.
Sírvase preferir a nuestro
amable patrocinador: