El primer obispo
y la nueva catedral
En el consistorio que celebró el Papa Pío IX el 16 de marzo de 1863, anunció la erección de dos nuevas arquidiócesis en México, con asientos en Michoacán y Guadalajara; y la creación de siete nuevas sedes episcopales, entre ellas la de León.
Antes ya de la citada fecha, el 26 de enero del mismo año, el Papa había ordenado la expedición de la bula Gravisimun sollicitudinis, por la que erigía la nueva diócesis de León, de la cual fue nombrado subdelegado apostólico el doctor don José Guadalupe Romero, quien publicó la bula de erección en la parroquia de San Sebastián de León el 14 de febrero de 1864.
El día 21 siguiente hizo con las formalidades de rigor la erección canónica en la citada parroquia, donde a las nueve de la mañana se celebró una misa solemne con la asistencia del clero, autoridades y numerosísimo vecindario.
Ciño por primera vez la mitra del naciente episcopado el doctor don José María de Jesús Diez de Sollano y Dávalos, convirtiéndose así, en el primer obispo leonés.
Antes ya de la citada fecha, el 26 de enero del mismo año, el Papa había ordenado la expedición de la bula Gravisimun sollicitudinis, por la que erigía la nueva diócesis de León, de la cual fue nombrado subdelegado apostólico el doctor don José Guadalupe Romero, quien publicó la bula de erección en la parroquia de San Sebastián de León el 14 de febrero de 1864.
El día 21 siguiente hizo con las formalidades de rigor la erección canónica en la citada parroquia, donde a las nueve de la mañana se celebró una misa solemne con la asistencia del clero, autoridades y numerosísimo vecindario.
Ciño por primera vez la mitra del naciente episcopado el doctor don José María de Jesús Diez de Sollano y Dávalos, convirtiéndose así, en el primer obispo leonés.
Ciño por primera vez la mitra del naciente episcopado el doctor don José María de Jesús Diez de Sollano y Dávalos, convirtiéndose así, en el primer obispo leonés.
El 28 de febrero el prefecto de Veraza obsequió al nuevo obispo con un espléndido banquete en el patio de la prefectura, antiguo "Mesón de las Delicias", al que asistieron el comandante de la plaza, Conde de Courey, el comandante militar Monsieur Monhain, el subdelegado apostólico, el ayuntamiento, los oficiales de la guarnición y lo más selecto de la sociedad leonesa, habiéndose hecho alarde de luz y colores en la quema de "castillos" y juegos pirotécnicos.
Este monseñor erigió el 4 y 5 de abril de 1864, es decir, recién llegado, las parroquias de San Miguel y el Coecillo, que como pueblos de naturales existían desde el siglo XVI.
Por decreto del 25 de mayo de ese año, el día 29 siguiente fueron abiertas las puertas del Colegio Seminario Conciliar de la diócesis en el antiguo monasterio franciscano, cuyo primer rector fue el padre don Pablo Torres Vidal.
Ese mismo año colocó la primera piedra del actual templo dedicado al Apóstol Santiago, en el barrio del mismo nombre.
Este monseñor erigió el 4 y 5 de abril de 1864, es decir, recién llegado, las parroquias de San Miguel y el Coecillo, que como pueblos de naturales existían desde el siglo XVI.
Por decreto del 25 de mayo de ese año, el día 29 siguiente fueron abiertas las puertas del Colegio Seminario Conciliar de la diócesis en el antiguo monasterio franciscano, cuyo primer rector fue el padre don Pablo Torres Vidal.
Ese mismo año colocó la primera piedra del actual templo dedicado al Apóstol Santiago, en el barrio del mismo nombre.
En 1864 el primer obispo de León colocó la primera piedra del templo dedicado al apostol Santiago, en el barrio del mismo nombre.
Un año más tarde, el 22 de mayo de 1865, Sollano compró la casa que serviría de Palacio Episcopal hasta el año de 1927, fecha en que fue expropiada por el estado durante la Cristiada; mansión que por cierto fue demolida para construir en 1958 el Cine León y que hoy (2016) ocupa la tienda Coppel.
Tenía entonces la casa el número 3 de la calle de la Compañía Nueva y fueron vendedoras doña Vicenta García, esposa de don Eustaquio González. Por el frente lindaba con la casa de las señoras García Villavicencio (hoy Pasaje García) y el templo de la Compañía Vieja (que después sería del Inmaculado Corazón de María); por el costado poniente con la casa de doña Valentina Arcocha (Después sería de la familia González Valdivia y en el siglo XX destruida para construir el local de la mueblería Frey, que en el siglo XXI terminaría en locales comerciales); y por el oriente con la casa de don José María Doblado. Al fondo lindaba con la propiedad de don Pedro Barreto.
Para marzo de 1866 el edificio de la Catedral había adquirido las condiciones necesarias para que en su interior pudiera celebrarse actos de culto; así, el día 16 fue trasladada la imagen de la Madre Santísima de la Luz: El acto tuvo lugar a las cuatro de la tarde y en la misma fecha se consagró con toda solemnidad y se estrenaron su campana mayor y su esquilón. Ofició la misa el maestro de ceremonias, padre Pablo de Anda. También en esa fecha se trasladaron a la nueva Catedral los restos de tres mártires romanos: San Fulgencio, San Donato y Santa Clementina, que habían sido donados por su santidad el Papa Pío VI al licenciado don Martín Coronel, regidor de Guanajuato en 1788.
Escribe el profesor Jesús Ojeda en su obra "Historia de la catedral basílica": "Fue trasladado el primer ciprés del altar mayor el día uno de julio de 1875 y en él fue colocada la imagen de la Patrona de León y de la diócesis. Se continuó la construcción de las torres (…) las más altas del país. De sesenta metros (…) El excmo. Señor Sollano bendijo la torre oriental el día 19 de abril de 1876.
Por fallas quizá en la construcción (…) hubo de lamentarse el desprendimiento de la clave del arco contiguo a la puerta del costado norte el domingo 18 de julio de 1876 a las once cuarenta y cinco horas de la mañana, cuando estaba lleno el recinto de fieles. Cundió la alarma, empero no resultó lesionado ninguno.
El Excmo. Sr. Obispo Diez de Sollano, al ver que amenazaba con derrumbarse la catedral, se arrodilló con los fieles bajo el arco en ruinas e imploró a la Madre Santísima de la Luz que conservara su casa y él, en cambio, le construiría una capilla.
En efecto, la catedral no se derrumbó y en cumplimiento de aquel voto, hizo construir la capilla de Loreto, que se inició el 18 de septiembre de 1877 y que desde 1902 se llama Capilla del Santísimo".
Por fallas quizá en la construcción (…) hubo de lamentarse el desprendimiento de la clave del arco contiguo a la puerta del costado norte el domingo 18 de julio de 1876 a las once cuarenta y cinco horas de la mañana, cuando estaba lleno el recinto de fieles. Cundió la alarma, empero no resultó lesionado ninguno.
El Excmo. Sr. Obispo Diez de Sollano, al ver que amenazaba con derrumbarse la catedral, se arrodilló con los fieles bajo el arco en ruinas e imploró a la Madre Santísima de la Luz que conservara su casa y él, en cambio, le construiría una capilla.
En efecto, la catedral no se derrumbó y en cumplimiento de aquel voto, hizo construir la capilla de Loreto, que se inició el 18 de septiembre de 1877 y que desde 1902 se llama Capilla del Santísimo".
Al terminarse la segunda torre occidental (31 de abril de 1878), el prelado Sollano pensó dedicarle a la Madre Santísima de la Luz un monumento y así construyó el triple pórtico del atrio frontero, cuya primera piedra colocó el mismo el 4 de julio de 1878, y un año antes de morir (1880), lo vio concluido (8 de junio). Arrodillado en ese zócalo, el prelado, ya muy enfermo, se despidió de la Patrona aquel 26 de mayo de 1881, pocos días antes de su muerte (7 de junio de 1881).
Esos pórticos aún son orgullo local y volvieron a lucir después de que desapareció el edificio Montes de Oca en la segunda década del siglo XXI para dar paso a la Plaza Catedral.
Tenía entonces la casa el número 3 de la calle de la Compañía Nueva y fueron vendedoras doña Vicenta García, esposa de don Eustaquio González. Por el frente lindaba con la casa de las señoras García Villavicencio (hoy Pasaje García) y el templo de la Compañía Vieja (que después sería del Inmaculado Corazón de María); por el costado poniente con la casa de doña Valentina Arcocha (Después sería de la familia González Valdivia y en el siglo XX destruida para construir el local de la mueblería Frey, que en el siglo XXI terminaría en locales comerciales); y por el oriente con la casa de don José María Doblado. Al fondo lindaba con la propiedad de don Pedro Barreto.
Para marzo de 1866 el edificio de la Catedral había adquirido las condiciones necesarias para que en su interior pudiera celebrarse actos de culto; así, el día 16 fue trasladada la imagen de la Madre Santísima de la Luz: El acto tuvo lugar a las cuatro de la tarde y en la misma fecha se consagró con toda solemnidad y se estrenaron su campana mayor y su esquilón. Ofició la misa el maestro de ceremonias, padre Pablo de Anda. También en esa fecha se trasladaron a la nueva Catedral los restos de tres mártires romanos: San Fulgencio, San Donato y Santa Clementina, que habían sido donados por su santidad el Papa Pío VI al licenciado don Martín Coronel, regidor de Guanajuato en 1788.
Escribe el profesor Jesús Ojeda en su obra "Historia de la catedral basílica": "Fue trasladado el primer ciprés del altar mayor el día uno de julio de 1875 y en él fue colocada la imagen de la Patrona de León y de la diócesis. Se continuó la construcción de las torres (…) las más altas del país. De sesenta metros (…) El excmo. Señor Sollano bendijo la torre oriental el día 19 de abril de 1876.
Por fallas quizá en la construcción (…) hubo de lamentarse el desprendimiento de la clave del arco contiguo a la puerta del costado norte el domingo 18 de julio de 1876 a las once cuarenta y cinco horas de la mañana, cuando estaba lleno el recinto de fieles. Cundió la alarma, empero no resultó lesionado ninguno.
El Excmo. Sr. Obispo Diez de Sollano, al ver que amenazaba con derrumbarse la catedral, se arrodilló con los fieles bajo el arco en ruinas e imploró a la Madre Santísima de la Luz que conservara su casa y él, en cambio, le construiría una capilla.
En efecto, la catedral no se derrumbó y en cumplimiento de aquel voto, hizo construir la capilla de Loreto, que se inició el 18 de septiembre de 1877 y que desde 1902 se llama Capilla del Santísimo".
Por fallas quizá en la construcción (…) hubo de lamentarse el desprendimiento de la clave del arco contiguo a la puerta del costado norte el domingo 18 de julio de 1876 a las once cuarenta y cinco horas de la mañana, cuando estaba lleno el recinto de fieles. Cundió la alarma, empero no resultó lesionado ninguno.
El Excmo. Sr. Obispo Diez de Sollano, al ver que amenazaba con derrumbarse la catedral, se arrodilló con los fieles bajo el arco en ruinas e imploró a la Madre Santísima de la Luz que conservara su casa y él, en cambio, le construiría una capilla.
En efecto, la catedral no se derrumbó y en cumplimiento de aquel voto, hizo construir la capilla de Loreto, que se inició el 18 de septiembre de 1877 y que desde 1902 se llama Capilla del Santísimo".
Al terminarse la segunda torre occidental (31 de abril de 1878), el prelado Sollano pensó dedicarle a la Madre Santísima de la Luz un monumento y así construyó el triple pórtico del atrio frontero, cuya primera piedra colocó el mismo el 4 de julio de 1878, y un año antes de morir (1880), lo vio concluido (8 de junio). Arrodillado en ese zócalo, el prelado, ya muy enfermo, se despidió de la Patrona aquel 26 de mayo de 1881, pocos días antes de su muerte (7 de junio de 1881).
Esos pórticos aún son orgullo local y volvieron a lucir después de que desapareció el edificio Montes de Oca en la segunda década del siglo XXI para dar paso a la Plaza Catedral.
El 22 de mayo de 1865, Sollano compra la casa que serviría de Palacio Episcopal hasta el año de 1927, fecha en que fue expropiada por el estado durante la Cristiada; mansión que por cierto fue demolida para construir en 1958 el Cine León y que hoy (2016) ocupa la tienda Coppel.
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