Qué van a decir
los Pons...
Barcelonette
es una pequeña villa enclavada en los Alpes franceses, rodeada de imponentes
montañas nevadas. Apenas llegando, uno se encuentra con un cartel que anuncia
el “Camping Tampico”; más adelante la avenida “Porfirio Díaz”, frente al
ayuntamiento la plaza “Valle de Bravo” y las desviaciones hacia el “Hotel
Azteca” y el “Hotel Villa Morelia”.
Fue desde
aquí, que a principios del siglo XIX, cientos de familias emprendieron un largo
viaje hacia el independizado México buscando fortuna. Los que regresaron años
después, fueron quienes convirtieron parte de la villa en un “pedacito” de
México en Europa.
Uno de esos
jóvenes fue Joseph (José) Pons Barales, de 18 años, quien junto a su hermano
Luis, algunos primos y amigos, llegaron a Guanajuato en 1888. Todos venían a
probar suerte en estas tierras. No sabían lo que el destino les depararía, pero
una cosa era segura: en Francia no hubiesen podido hacer lo que lograron aquí.
Finalmente
los que decidieron quedarse fueron sólo José y su hermano; los demás tomaron
rumbos diferentes. En cuanto a los Pons, unos se fueron a San Luis Potosí y
otros a la Ciudad de México.
José y Luis
incursionaron en el comercio de textiles en el pueblo de Pozos, que en aquel
entonces era uno de los más importantes debido a sus prósperas minas. Más tarde
iniciaron con la tienda llamada “Pons, Caire y Compañía”.
Transcurrido
el tiempo, cierto día llegó de Zacatecas la señorita Otilia Ponce Medina, cuyo
padre era ingeniero de minas; así fue como conoció al joven José, con quien
posteriormente contrajo matrimonio en 1891. Allí, ellos procrearon cuatro
hijos: Otilia, José, Martha y Luis Pons Ponce.
Luego de que
murieran las dos pequeñas, deciden trasladarse a la ciudad de León, donde
nacieron dos hijos más, Pedro y Adolfo.
Don José Pons Barales y Otilia de Pons con sus hijos Adolfo, Luis, Pedro y José.
Una vez en
nuestra ciudad le compraron a don Segundo de Giovannini una tienda de ropa
importada en el Portal Aldama, llamada “Las Fábricas de Francia”, almacén que
con los años alcanzaría un gran prestigio.
Convertido
en empresario, don José y su familia muy pronto prosperaron, y al poco tiempo
inauguraron los almacenes “La Primavera”, en la esquina de lo que hoy es la calle
5 de Febrero y Portal Bravo; en un hermoso edificio que mandó construir a don
Luis Long y que logró salvarse del terrible incendio que destruyó varias casas
en 1945. Precisamente en el lugar que ocupaban las casas destruidas fue donde
levantó el edificio más alto en su época, a donde trasladó sus almacenes de
ropa y otros negocios.
Antes de
fallecer, don José Pons Barales heredó a sus hijos un rancho que tenía en las
afueras de León y que ocupaba lo que hoy son los terrenos de la feria, el
estadio León, el Forum Cultural Guanajuato y la colonia La Martinica.
Allí, su
hijo Adolfo decidió construir una mansión que fuera réplica de la que aparece
en la película “Lo que el viento se llevó”, y que fue construida por el
arquitecto Francisco López Guerra y el ingeniero Enrique Ortiz Pinedo; a la
cual se mudaron en 1952 y que nombraron “Quinta La Martinica”. En los años
ochenta vendieron la propiedad, la cual se convirtió en el “Casino León
empresarial”, luego fue un exclusivo restaurante y hoy en día son las instalaciones
del periódico a.m.
Entre las
instituciones que don José, sus hijos y nietos ayudaron a fundar en la ciudad
se encuentran la Cruz Roja, la Asociación de Charros, el Instituto Lux, el
equipo de futbol León, el Club Rotario de León, el Club Campestre y decenas de
escuelas.
Don José
Pons Barales falleció el 16 de abril de 1951 y doña Otilia Ponce cuatro años
después.
Las Fábricas de Francia en los años cincuenta.
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