Nuestro lugar en el mundo
¿Hubo dinosaurios en el prehistórico territorio de León?... No, no los hubo, ya que el suelo que actualmente pisamos se creó en el periodo cuaternario (que comenzó hace 2.5 millones de años), fecha en que aparecieron los primeros seres humanos sobre la Tierra, muy lejos de aquí, en África.
Ni siquiera la piedra debajo del suelo es tan antigua como aquellos grandes saurios, pues data de finales de la era mesozoica; la cual terminó hace 65 millones de años, justo cuando aquellos titanes se extinguían debido a un enorme meteorito que golpeó la tierra en lo que hoy es la península de Yucatán y el súper continente Pangea ya había comenzado a separarse.
Los suelos de la Mesa Central Mexicana son aluviales y se formaron debido a un gran sistema lacustre que existió en la zona. Al extremo poniente de dicho sistema se encontraba el lago de Chapala primigenio, cuyas aguas se extendían entre los 1550 y los 1650 metros sobre el nivel del mar, es decir, más de 100 metros arriba de su nivel actual, lo cual implicaba que su superficie se extendía hacia el bajío guanajuatense por el este y el bajío zamorano hacia el sur, uniendo sus aguas con otros cuerpos lacustres del interior del país.
Ni siquiera la piedra debajo del suelo es tan antigua como aquellos grandes saurios, pues data de finales de la era mesozoica; la cual terminó hace 65 millones de años, justo cuando aquellos titanes se extinguían debido a un enorme meteorito que golpeó la tierra en lo que hoy es la península de Yucatán y el súper continente Pangea ya había comenzado a separarse.
Los suelos de la Mesa Central Mexicana son aluviales y se formaron debido a un gran sistema lacustre que existió en la zona. Al extremo poniente de dicho sistema se encontraba el lago de Chapala primigenio, cuyas aguas se extendían entre los 1550 y los 1650 metros sobre el nivel del mar, es decir, más de 100 metros arriba de su nivel actual, lo cual implicaba que su superficie se extendía hacia el bajío guanajuatense por el este y el bajío zamorano hacia el sur, uniendo sus aguas con otros cuerpos lacustres del interior del país.
Haciendo un ejercicio imaginario, se hubiera podido viajar en una embarcación desde Querétaro hasta Guadalajara.
Dado el estancamiento de las aguas por la poca pendiente; dicho sistema posteriormente fue drenado por los movimientos telúricos y geológicos, la erosión y el azolvamiento, que drenaron las aguas hacia el océano Pacífico. La presencia de este gigantesco sistema lacustre convirtió a dicha franja en un hábitat riquísimo para los megamamíferos típicos del Cuaternario. Así pues, no es de extrañar que la zona sea rica en fósiles de megafauna.
De esta manera, por nuestros caminos de Guanajuato deambularon los enormes mamíferos del pleistoceno; como el mamut, el mastodonte, el gonfoterio, el megaterio, el bisonte, camellos americanos, mixotoxodontes, borregos almizcleros, caballos americanos, el tigre dientes de sable y enormes armadillos del tamaño de un auto compacto. Todos ellos extintos hace unos 12,000 años.
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