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La Catedral estrena reloj
En 1884 las autoridades leonesas comisionaron al eminente relojero y arquitecto don Luis Long, la compra y ajuste de un óptimo reloj público, y su colocación en la catedral, para sustituir al antiguo, que se había vuelto inexacto. Don Luis tramitó de inmediato en Francia la adquisición del nuevo reloj. En cuanto se supo que el nuevo artefacto estaba listo para ser enviado, tuvo lugar –el 6 de abril de 1885- el descendimiento del antiguo.
El nuevo fue colocado en el sitio y comenzó a funcionar el 29 de mayo siguiente.
Las invitaciones que se distribuyeron con motivo de la inauguración del nuevo reloj decían así:
Ildefonso Portillo
En representación del
Sr. Gral. D. Manuel Orellana Nogueras,
Gefe de la 7ª Zona Militar
El coronel don Pomposo G. del Campillo,
Gefe de Estado Mayor de la misma zona
Y Carlos Basauri,
Gefe Político del Partido de León, por sí y a nombre del
H. Ayuntamiento de esta ciudad,
Suplican V. se sirva honrarlos con su asistencia a la solemne bendición del nuevo Relox, que acaba de colocarse en esta Santa Iglesia Catedral, cuyo acto religioso tendrá lugar a las cinco y media de la tarde del día de hoy, en el atrio de la misma Santa Iglesia, y lo verificará el Ilmo. Sr. Obispo, acompañado de su M.I. y V. Cabildo y del V. Clero de la Ciudad, por cuyo favor le protestan a V. su reconocimiento y gratitud.
León, 1º de Junio de 1885
"La sorpresa de los leoneses fue mayúscula cuando se escucharon por primera vez aquellas sonoras tres campanadas del reloj (…) Aquel canto de bronce parecía proceder de una garganta humana, proclamando por doquier el nombre ilustre de su constructor:
-Don… Luis… Long…"
En 1884 las autoridades leonesas comisionaron al eminente relojero y arquitecto don Luis Long la compra y ajuste de un óptimo reloj público y su colocación en la catedral.
Escribe el maestro Jesús Ojeda Sánchez: "Por el año de 1885 comenzaron a resentirse cuarteaduras en la catedral leonesa, y con acuerdo del cabildo, el Excmo. Sr. Dr. D. Tomás Barón y Morales, segundo obispo de León, intentó su restauración, la cual fue encargada al Sr. Luis Long, amigo del prelado.
Se había pensado antes en construir una nueva catedral, pero se abandonó la idea ante el éxito del Sr. Luis Long, quien proyectó la construcción de unas columnas dóricas al interior de la catedral, que además de sostener el edificio, lo embellecerían sobremodo.
El día 1 de marzo de 1887 se comenzó felizmente la restauración catedralicia".
Se había pensado antes en construir una nueva catedral, pero se abandonó la idea ante el éxito del Sr. Luis Long, quien proyectó la construcción de unas columnas dóricas al interior de la catedral, que además de sostener el edificio, lo embellecerían sobremodo.
El día 1 de marzo de 1887 se comenzó felizmente la restauración catedralicia".
Sobre lo que hoy es la Plaza de los Fundadores -a un costado de la Parroquia del Sagrario- estuvo el Mercado Hidalgo, también conocido como El Parián, que comenzó a construirse en 1864 gracias al entonces jefe político de la ciudad don Ildefonso Portillo, quien cedió su sueldo íntegro para tal fin y cuyo sucesor, don Antonio Peña, hizo lo mismo.
La obra, estimada como de primera necesidad para el abastecimiento de víveres para León, le fue encomendada al ya mencionado ingeniero Juan N. Contreras, cuyo ingenio edificó una majestuosa construcción con cuatro esbeltas portadas dedicadas a los héroes de la independencia y que en tres de sus lados contaba con unos bellos portales. Coronada por una cúpula de zinc y cubierta de numerosos cristales, la sostenían en su interior varias y artísticas columnas.
Al respecto, un periodista de la Ciudad de México, apuntó en 1889: "Vergüenza es para la capital que no se haya construido en ella un buen mercado y los tengan muy superiores muchas de las ciudades de los estados. El que existe en León, si no es de los más elegantes que tenemos en el país, supera notablemente a los mejores que aquí existen. Por el exterior es un cuadro perfecto formado con bonitos pórticos sostenidos en columnas dóricas de buena cantería. En el interior tiene la forma de una cruz griega, encerrando en su recinto cuatro manzanas circundadas por iguales pórticos del mismo orden, teniendo en el centro una elegante rotonda con su fuente en medio. Los pasillos que separan unos pórticos de los otros, son amplios y todos están techados de azotea. Los puestos se hallan con buena distribución y en todo el edificio se nota orden y aseo. El aspecto del mercado en conjunto, es agradable, porque la profusión de columnas y su excelente colocación producen a la vista muy buen efecto. No contamos el número de columnas, pero se nos dijo que son doscientas, nos pareció estar dentro de una de esas inmensas basílicas de la Roma pagana".
Sobre lo que hoy es la Plaza de los Fundadores estuvo el Mercado Hidalgo, también conocido como El Parián, que comenzó a construirse en 1864.
Dicho mercado fue inaugurado el 15 de septiembre de 1866 y durante muchos años fue escenario de la intensa vida comercial de la ciudad, hasta que fue pasto de las llamas en el año de 1929.
Su lugar fue ocupado por el Jardín de la Industria y su fuente de estilo morisco (1932) y luego por la actual plaza -con su fuente de cuatro leones- desde 1976.
El lugar de El Parián fue ocupado por el Jardín de la Industria (1932) cuando aquel se incendió en 1929.
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